Tomo 1 – Día 1. Sanación interior, física y liberación (Individual)
DÍA 1:
SANACIÓN INTERIOR, FÍSICA Y LIBERACIÓN
1- Lee la siguiente cita bíblica:
Mt 11, 1-6
2Juan, que estaba en la cárcel, oyó hablar de las obras de Cristo, por lo que envió a sus discípulos 3 a preguntarle: “¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?” 4Jesús les contestó: “Vayan y cuéntenle a Juan lo que ustedes están viendo y oyendo:” 5los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una Buena Nueva llega a los pobres. 6¡Y dichoso aquél para quien yo no sea motivo de escándalo!”
2- Medita y responde:
- La sanación interior y liberación
Cuando nos referimos a “Sanación Interior”, hablamos de la experiencia de sanación de heridas emocionales, psicológicas, espirituales, de recuerdos y experiencias negativas y dolorosas del pasado, así como del perdón, de los estragos causados por una vida de pecado y aquellas situaciones que lesionan lo más íntimo del ser humano: su corazón. Las sanación interior busca reorganizar y transformar la vida interior de las personas, para ser liberadas del dolor causado por el rechazo, por la pérdida de un ser querido, defectos físicos, traumas del pasado, complejos, abusos y demás dolores que se guardan en el corazón con el paso de los años y que van generando amargura, inseguridades y pérdida de la identidad que tenemos como hijos de Dios.
Como cristianos católicos, y por consiguiente como discípulos de Jesús, debemos reflejar en nuestra vida el carácter de Cristo; replicar su imagen al mundo. Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre, como tal tiene un corazón sano de estos dolores. Por lo tanto, el objetivo fundamental de la Sanación Interior es que por medio de la oración, la Palabra de Dios y la acción del Espíritu Santo una persona destrozada interiormente y lejos de parecerse a Jesús sane su corazón y pueda ser imitadora de Cristo. Cuando Jesús vino a la tierra lo hizo con una misión concreta, salvar al hombre del pecado y restaurar su vida al plan originar de Dios, para que volviera a ser imagen y semejanza de él, por eso el Evangelio de Lucas 4,16-21 relata que cuando Jesús comenzó su vida pública tomó el libro del profeta Isaías e hizo la siguiente lectura:
Is 61,1-3
1¡El Espíritu del Señor Yavé está sobre mí! sepan que Yavé me ha ungido. Me ha enviado con un buen mensaje para los humildes, para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación, y a los presos su vuelta a la luz. 2Para publicar un año feliz lleno de los favores de Yavé, y el día del desquite de nuestro Dios. Me envió para consolar a los que lloran 3y darles (a todos los afligidos de Sión) una corona en vez de ceniza, el aceite de los días alegres, en lugar de ropa de luto, cantos de felicidad, en vez de pesimismo. Les pondrán el sobrenombre de “Encinas de Justicia”, “los que Yavé plantó para su gloria”.
En esta hermosa profecía de Isaías se puede ver claramente el ministerio de Jesús y la misión que vino a realizar en la tierra; primero, que el Señor ha recibido la unción del Espíritu, esto significa: poder de Dios para actuar de manera sobrenatural; segundo, el Señor vino a anunciar el Mensaje de Salvación para que todos los hombres lo escuchen y se vuelvan a su Creador, quien los ama con amor eterno.
Por último, llega a restaurar la vida de cada hijo, sanando los corazones heridos, trayendo libertad a los presos, dando consuelo a los que lloran, transformando su lamento en danza, mostrando la alegría de haber sido rescatados por nuestro buen Dios. El profeta Isaías recoge en esos tres versículos, de manera magistral, la restauración que Jesús vino a desarrollar en la vida de quienes le abren el corazón y creen que Dios es capaz de actuar con poder, por encima de cualquier circunstancia y por terrible que parezca.
– La liberación
Siempre que se realiza un proceso de Sanación Interior se experimenta, por defecto, liberación de opresiones espirituales, ya que cuando una persona está herida emocionalmente tiene el terreno abonado para recibir contaminaciones espirituales que lo oprimen en una o más áreas de su vida como la economía, la sexualidad, la familia, entre otras; por lo tanto, es importante saber de manera práctica de qué se trata la liberación de opresiones espirituales.
La liberación es una manifestación de la presencia del
Espíritu Santo en la vida de los hijos de Dios, la Biblia dice: “Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Co 3,17). Dicha manifestación del Espíritu Divino se ve en la ruptura de todo tipo de ataduras, cadenas o situaciones de opresión psicológica, moral y especialmente espiritual en las que puedan estar esclavizados los hijos de Dios. El Evangelio habla en múltiples pasajes de personas a las que el Señor liberó de opresiones espirituales, y esta experiencia se vive actualmente porque Jesús sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre (Heb 13,8).
Mt 12, 28
28Pero si yo expulso a los demonios por el poder del Espíritu de Dios, es que el reino de Dios ya ha llegado a vosotros.
La liberación de opresiones espirituales se fundamenta en la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre el maligno, y en la autoridad recibida por Jesús de parte del Padre, la cual decidió entregar a aquellos que creen en Jesús y lo proclaman como su Señor y salvador: “Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas…” (Mc 16,17). Por ejemplo, una persona puede estar atada al alcoholismo a través de una herida emocional de rechazo, maltrato y abuso; ésta herida lo llevó a dedicarse a la bebida, convirtiéndose en un alcohólico. Sólo hasta que el Señor Jesús venga con todo su poder, por medio de la oración y la predicación de la Palabra, y saque de su corazón el dolor del rechazo y el abuso, la persona será verdaderamente libre de este espíritu de opresión que lo ha sometido durante años.
- La sanación física
Una de las experiencias más hermosas que vemos en el Evangelio es la misericordia de Dios actuando en medio de su pueblo a través de la sanación física. Son múltiples los pasajes del Evangelio donde Jesús mira a sus hijos con compasión, obra en ellos sanando enfermos del cuerpo y el alma.
Mt 14,13-14
13Cuando Jesús recibió aquella noticia, se fue de allí, él solo, en una barca, a un lugar apartado. Pero la gente, al saberlo, salió de los pueblos para seguirle por tierra. 14Al bajar Jesús de la barca, viendo a la multitud, sintió compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos.
La sanación física es aquella en la que el Espíritu Santo devuelve la salud al cuerpo enfermo; este tipo de sanación física se encuentra también íntimamente ligada con la sanación interior, ya que muchas de las enfermedades que sufre el cuerpo son psicosomáticas, es decir, enfermedades originadas por situaciones emocionales que se manifiestan físicamente.
La Renovación Carismática Católica es una corriente de gracia que el Señor ha suscitado para recuperar la experiencia de los carismas como los vivía la Iglesia primitiva; según cuenta el libro de los Hechos de los Apóstoles, la oración por los enfermos hacía parte del diario vivir de la comunidad, llevándolos a ver grandes milagros de parte del Señor.
Lc 9,1-2
1Reunió Jesús a sus doce discípulos y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y sanar enfermedades. 2Los envió a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.
En el Evangelio vemos como el Señor Jesús envía a sus discípulos con la orden de predicar la Buena Nueva del Reino, y a su vez los envía a obrar -en su nombre- sanaciones y liberaciones; esto hace parte del anuncio del Evangelio para que el mundo crea que Dios es real. Además, la Biblia nos dice que Jesús se sacrificó en la cruz del calvario para devolvernos la dignidad de hijos (que habíamos perdido por el pecado) y para restaurar nuestra salud física y espiritual: “Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, y por sus heridas alcanzamos la salud” (Is 53,5).
1- Aplicación práctica:
Pídele al Espíritu Santo que te ayude a realizar una oración espontánea (no leída, ni tomada de ningún texto), en el nombre de Jesús, para clamar por tu sanación y liberación, al igual que la de tus familiares.
Para que amplíes tus bases respecto al proceso de sanación que emprenderás, te recomendamos adquirir el libro “Preparándonos para ser sanados”, de William Zuluaga.
2- Oración:
Espíritu Santo, te pido que llenes mi vida con tu presencia, infunde en mi la convicción de creer lo que tu Palabra me enseña, de tener fe en las promesas de Dios donde está mi sanación, liberación y la restauración de mi vida. Jesús, yo declaro que tu nombre tiene poder para sanar todas las enfermedades, tanto del cuerpo como del alma. Por eso, Señor, hoy te pido que restaures mi salud y la de mis conocidos para que todos podamos gozar de la vida en abundancia que nos das.
Amado Señor, aquí estoy con todo lo que soy, incluyendo mis dolencias y enfermedades. Tú que conoces mis necesidades y siempre me ayudas a salir victorioso de ellas; te pido que me ayudes a ser libre de esta enfermedad o situación. Tú que moriste en la cruz por mis enfermedades, hazme libre de ellas, para que siendo una persona restaurada y sana pueda dar testimonio al mundo de que vives y estás conmigo siempre.
Madre buena, así como en las bodas de Caná intercediste por esos hijos que ya no tenían vino, de la misma forma te pedimos tu intercesión maternal para que la gracia de la sanación física, emocional y espiritual llegue a mi vida para la gloria de Dios y la conversión de muchos hermanos. Amén.
“María Mediadora, ruega por nosotros”. Amén.
CITA BÍBLICA PARA MEMORIZAR
Mt 10,1
1Jesús llamó a sus doce discípulos, y les dio autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias.
One thought on “Tomo 1 – Día 1. Sanación interior, física y liberación (Individual)”
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Excelente material, es hermoso poder encontrarnos con Cristo y saber que nos ha dado una misión, que somos importantes para el y sus propósitos debemos seguir adelante y con un corazon dispuesto a su obra. empezar por cada uno de nosotros y asi dando testimonio transmitir a Cristo.